“El 96% de las muertes súbitas asociadas al deporte ocurren en deportistas recreativos”.
La MSD “Muerte Súbita Deportiva” es aquella muerte súbita e inesperada que ocurre durante la realización de la práctica deportiva y hasta 2 horas de terminada la misma, aunque algunos autores extienden este lapso las 24 horas post ejercicio.
La MSD es un cuadro de baja prevalencia dentro de las causas de muerte de la población general. La incidencia anual es de alrededor de 0,25/100.000 hab. lo que genera entre 10 y 60 casos por año según distintos países y periodos analizados. No obstante, esta situación tiene un impacto social y mediático de extrema trascendencia por la impresión que genera el conocimiento que una persona en aparente optimo estado de salud tenga un evento fatal o grave inesperado.
Un reciente estudio publicado en La Revista Española de Cardiología concluye que la muerte súbita asociada al deporte ocurre en el 96% de los casos en deportistas recreativos. La causa más frecuente es la cardiopatía isquémica (63%); es decir, infartos de miocardio o anginas de pecho por obstrucción de las arterias coronarias. Afecta en mayor medida a los hombres (0,76 casos por 100.000 habitantes en hombres frente a 0,01 casos en mujeres). En relación al tipo de actividad tienen más riesgo los que practican fútbol en menores de 35 años, y los que practican ciclismo y carrera a pie a partir de los 39 años.
La segunda causa de MSD (26% de los casos) son las enfermedades que afectan al miocardio (el músculo del corazón) entre las que destacan la miocardiopatía hipertrófica ventricular izquierda (un engrosamiento anormal del musculo cardíaco) y la miocarditis (una inflamación del musculo cardiaco casi siempre de origen viral). El síndrome de muerte súbita arrítmica supone el 6% de los casos. En la mayoría de los casos la MSD es secundaria a una enfermedad cardiovascular silente (sin síntomas) no conocida previamente. Sólo en el 10% de los casos la enfermedad que causó la muerte durante la práctica deportiva se conocía. En un 13% había síntomas cardiovasculares (principalmente palpitaciones/arritmia y síncope) y en un 20%, antecedentes familiares.
La elevada incidencia de miocarditis en los atletas jóvenes debería estimular el debate sobre una estrategia adecuada de seguimiento y vuelta a la competición y a la actividad física en los atletas con sospecha de infecciones víricas, incluida la educación de los atletas y los entrenadores.
Se insiste en un tema esencial, la necesidad de campañas de prevención de muerte súbita cardíaca, con capacitación en RCP (Reanimación Cardiopulmonar) y explicación del uso eficiente de desfibriladores externos automáticos (DEA), en el entorno deportivo, que evidentemente puede disminuir la carga de muerte súbita en el deporte.
El DEA o DESA (desfibrilador externo automático o semiautomático) detecta el ritmo alterado y genera una descarga eléctrica que resetea y restaura el ritmo normal.
El momento de peligro extremo es el momento del paro cardíaco y el tratamiento es un asunto que requiere que las personas reconozcan rápidamente lo que está sucediendo y realmente lo aborden rápidamente con Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y un desfibrilador Automático Externo (DEA).
"La RCP salva vidas. La mayoría de nosotros debería aprender a realizar la RCP por todo tipo de razones y no solo porque los paros cardíacos pueden afectar a los deportistas. Muchas otras personas morirán de un paro cardíaco en la calle o vía pública”.
Se demuestra un aumento de supervivencia en la parada cardiaca gracias a:
a) Medidas de RCP iniciadas por testigos; uso de DEA (que abortan la muerte súbita en casos de ritmo desfibrilable).
b) Es necesaria una adecuada enseñanza a la población general y, en particular, a los profesionales vinculados al deporte, tanto de los síntomas de alarma, reconocimiento de la parada cardiaca como de las medidas de actuación.
c) La dotación de DEA en todo espacio en el que se practique actividad física, incluidos eventos deportivos (carreras, trails, etc.)
En muchas ocasiones se menciona a la “Muerte Súbita” como si fuera una etiología per se, cuando en realidad es una forma de presentación de la muerte producida por distintas enfermedades. Se mantiene la paradoja de la actividad del ejercicio físico en que por un lado genera un beneficio cardiovascular neto y reconocido, pero simultáneamente incrementa la incidencia de muerte súbita en atletas; por eso la importancia de una evaluación cardiovascular previa ante cualquier inicio de practica deportiva no solo en atletas son en cualquier persona que inicie una actividad
teniendo como base realizar un electrocardiograma.
Debido al advenimiento de la pandemia por COVID 19 y las restricciones sanitarias impuestas para las actividades deportivas es probable que durante los meses restantes del año existan poco casos; lo que no debe hacernos olvidar de esta patologia.
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