Más allá de echar culpas al sargazo ante la situación actual de energía eléctrica en Puerto Rico, es la salud física y mental de los ciudadanos que, una vez más, se ve trastocada por factores fuera de su control.
Son los más vulnerables, como las personas que dependen de máquinas para vivir, los envejecientes y niños, así como los pequeños comerciantes, los más afectados por la inconsistencia actual del sistema de energía eléctrica.
Situación, que no solo puede ser responsable de episodios de ansiedad en las personas, además, otras condiciones vinculadas a la salud mental, como lo es el Trastorno de Estrés Postraumático tras los diversos eventos que los ciudadanos han experimentado desde el paso del huracán María en el 2017 y los terremotos que impactaron el sur de la isla en enero del 2020.
“Hay adultos y niños que tienen síntomas de Estrés Postraumático y que asocian el que se vaya la luz, como ocurrió antes de los terremotos, con ese evento traumático. Llevamos un período de tiempo en donde la salud mental de los puertorriqueños se ha visto afectada por diversos eventos de crisis climática y decisiones de política pública’’, aseguró el psicólogo clínico comunitario y profesor, Eduardo Lugo.
De acuerdo con Lugo, los sentimientos de desesperanza y de que “todo está perdido’’ también puede afectar negativamente a la salud mental.
“Tienes personas que el factor desesperanza puede afectar su salud mental y física, lo que puede redundar en muchas cosas. Lo que llevamos por 12 años diciendo es que este modelo que estamos experimentando, de austeridad, corrupción y crisis climática, va a crear una epidemia de salud mental en el país. Estamos bien preocupados’’, sostuvo Lugo.
Señaló que, el hecho de que los líderes gubernamentales digan y hagan creer que todo está bien, cuando es lo contrario, no abona a un ambiente de esperanza.
Por su parte, la trabajadora social Ana Valeria Capeles Rivera hizo énfasis en que la crisis económica suma otro estresor al evento actual, ya que conlleva gastos fuera del presupuesto de muchos ciudadanos.
“Comprar alimentos porque los perdiste por la falta de luz o comprar más gasolina para la planta, te va a causar otro estrés porque la mayoría de los puertorriqueños viven pesito a pesito. Son muchos estresores que afectan la salud mental’’, manifestó.
Capeles Rivera agregó que el problema “de que no hay luz, de que estamos en una pandemia, de que la economía está mal y que las necesidades del Gobierno van en tercera plana mientras la ciudadanía paga, incitan a que la salud mental no esté bien’’.
Pequeños comerciantes se ven afectados
Otros visiblemente afectados por este escenario son los dueños de pequeños negocios, quienes no han dudado a la hora de utilizar las redes sociales para compartir la frustración y las vicisitudes que experimentan desde hace unas semanas.
Así es el caso de los propietarios de la microempresa cagüeña 404 Coffee & Beers, Ramdwin González y Pedro Anibarro, quienes desde hace cuatro semanas enfrentan problemas con el sistema de energía eléctrica de sus locales y como resultado han tenido que verse forzados a cerrar.
“Esta semana se ha exacerbado. Estamos teniendo incidencias entre 2 a 4 veces por semana, ya sean fluctuaciones o pérdida de luz por periodos cortos o extensos de tiempo. Ayer, por ejemplo, abrimos operaciones a las 7:00 de la mañana y a las 7:05 se va la luz, regresó y en el otro local, que tenía energía, se fue la luz hasta las 3:30 p.m. A las 3:40 se fue en este local. Este es el ejemplo perfecto de cómo se imposibilita la operación a los negocios’’, compartió González.
Anibarro apuntó a lo costoso de un generador eléctrico para el mantenimiento correcto de la maquinaria profesional de un negocio enfocado en barismo.
“Una vez buscamos una cotización y fueron sobre $27 mil en cotización. Estamos en un contexto comercial de que tenemos máquinas de café que se llevan dos plantas de casa, la resistencia es diferente. Somos un negocio pequeño y en comienzo, es bien complicado’’, explicó.
El tema de la salud mental también es importante para los emprendedores, especialmente por la incertidumbre que viven ellos, sus empleados y los comensales, que muchas veces buscan un lugar con luz e internet para resolver la situación.
“¿Realmente vale la pena montar un negocio en Puerto Rico? Uno se siente solo y es todo contra la corriente. Cuando llevas un año corrido viviendo cosas así, venimos de una pandemia, está difícil y tiene repercusiones en nosotros como líderes y en los muchachos, quienes están perdiendo horas y sufren las consecuencias’’, sostuvo Anibarro.
Por su parte, González añadió que “es importante reconocer cómo el tema de la salud mental nos afecta como negocio y como miembros de un equipo’’.
Sonia Vázquez Cintrón, quien es abogada y comerciante, también compartió con Es Mental su desesperanza a raíz de los apagones.
“Las pérdidas de tiempo para poder generar ingresos es horrible. La incertidumbre de si tendremos o no servicio eléctrico y acceso a internet no nos permite organizar el trabajo. Las fluctuaciones de voltaje han dañado compresores, módem y hornos, en fin la operación se hace más difícil y el costo de reparaciones y diésel de los comerciantes que tenemos generador, nos aumentan el costo de operación. Honestamente sobrevivimos, no vivimos’’, compartió a través de un mensaje escrito.
Desde el domingo más de 100 mil clientes han experimentado apagones repentinos por el exceso en la demanda de generación eléctrica.
Por: Perla Alessandra Hernández
Gracias
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